“Si nota inflamación en las articulaciones, acuda a su médico inmediatamente”, alerta el doctor Indalecio Monteagudo, reumatólogo. El especialista ha presentado los resultados nacionales de una encuesta en la que han participado más de 10.171 pacientes con artritis reumatoide de 42 países. El estudio, realizado por la biofarmaceútica Abbvie, revela que de cada tres personas que sufren esta dolencia, dos no tienen conocimientos suficientes sobre cómo mantenerla controlada.
“Tenemos que incidir en que los pacientes tengan un mayor conocimiento, porque con un cuidado adecuado se puede tener una calidad de vida buena o hasta muy buena”.
Una artritis reumatoide, es una enfermedad crónica autoinmune en la que el organismo ataca por error las articulaciones sanas, que tiene una mayor incidencia en mujeres. Sin el tratamiento correcto, además de dolor, puede llegar a provocar incapacidad y muerte prematura. Afecta a entre un 0,5% y un 1% de la población mundial.
La importancia de prevenir las secuelas, que son “las que te van destrozando la vida”. El 41% de los pacientes no sabe que el daño causado en las articulaciones es irreversible y el 20% desconoce que puede llegar a provocar incapacidad permanente, según los resultados de la encuesta. “Es esencial establecer un diagnóstico y un tratamiento precoz”.
Los especialistas también destacan la importancia de seguir una estrategia de tratamiento diseñada con el médico. Solo la mitad de los pacientes tienen un plan concreto para tratarla. “Un error crítico [que cometen el 60% de los pacientes] es pensar que por no sufrir dolor, la enfermedad está controlada”, sostiene. “No basta únicamente con controlar el dolor, también hay que frenar la progresión de la dolencia”.
Si bien es cierto que la artritis reumatoide no se puede curar el 100%, sí se puede dormir, ya que el daño articular puede retrasarse o detenerse, sobre todo detener la deformacion y “afortunadamente, vivimos en un país que tiene acceso absoluto a todas las novedades terapéuticas”. El paciente “puede modificar la enfermedad con su actitud”. En efecto, los enfermos que tienen un plan para controlar su dolencia se sienten más esperanzados, fortalecidos y seguros, según las encuestas realizadas.