Los riñones son órganos pequeños que cumplen, con funciones muy importantes para mantener el equilibrio en nuestro organismo. Ellos trabajan como un filtro, es decir, la sangre pasa a través de ellos y ahí se quedan los productos que el cuerpo no necesita. Cuando los riñones se dañan dejan de trabajar y ya no pueden desechar los productos tóxicos, por lo que se su cuerpo lo retienen.
“De los 240 millones de diabéticos que hay en el mundo, un 30% sufrirá insuficiencia renal grave”
Las enfermedades del riñón, especialmente cuando conducen a diálisis o trasplante, representan una gran carga financiera socio-sanitaria, así como un gran coste humano, sufrimiento y pérdida de calidad de vida. Estas enfermedades deben tenerse muy en cuenta si se considera que el 13% de la población mayor de 20 años sufre algún tipo de patología renal y en torno al 4% tiene insuficiencia renal, es decir, que conserva intacta menos del 60% de su función renal.
¿Es difícil llegar hasta un diagnóstico de insuficiencia renal crónica?
Naturalmente, depende de la causa. Con la edad es fisiológico ir perdiendo función renal. Si por debajo del 60% de la función consideramos que ya empieza a haber insuficiencia crónica, por debajo del 10% es ya necesaria la diálisis. La particularidad de estos órganos es que se puede ir produciendo una insuficiencia renal crónica a otras edades jóvenes, por la razón que sea, sin causar ningún síntoma, y cuando ésta se detecta, el daño renal ya es irreversible. A menudo se trata de hallazgos casuales en revisiones médicas de empresas o en consultas que se llevan a cabo por otros motivos.
El daño renal guarda una estrecha relación con factores de riesgo cardiovascular como la diabetes y la hipertensión. Alguna relación debe de haber entre riñón y corazón cuando la mayoría de los enfermos renales en diálisis fallecen por muerte cardiovascular.
Sin duda. De los 240 millones de diabéticos que hay en el mundo, el 30% sufrirá insuficiencia renal grave. Algo parecido podríamos decir de los hipertensos. La diabetes y la hipertensión pueden acabar afectando seriamente los riñones, y éstos, si no funcionan bien, pueden generar hipertensión y mortalidad vascular.
¿Pueden influir algunos factores medioambientales en el daño renal?
El tabaco, sin ninguna duda, afecta muy negativamente. El exceso de alcohol, una dieta no equilibrada, la calidad del aire que respiramos, el alto consumo de medicamentos alópata… Dentro de las distintas funciones de los riñones, las más destacables son que regulan el equilibrio entre el agua y el sodio. Eliminan los productos de desecho y producen ciertas hormonas, como la eritropoyetina. Sólo estas tres funciones ya son importantísimas, que se pueden ver afectadas.
¿Por qué dejan de funcionar los riñones?
Por múltiples causas y enfermedades, como otros órganos. Buena parte de las investigaciones se centran en las enfermedades inflamatorias que afectan al riñón. En concreto, al glomérulo, que es la unidad anatómica del riñón y donde se realiza la función de aclaración o filtración de la sangre. Y si esos trastornos no se controlan, pueden llegar a cronificarse y a generar una insuficiencia renal crónica. De hecho, actualmente las glomerulonefritis son la cuarta causa de diálisis.
En opinion de ARCOMIG – es de suma importancia darle seguimiento a las enfermedades inflamatorias, que muchas veces las personas no las toman en cuenta o no saben reconocer los síntomas a tiempo. El 95% de las enfermedades degenerativas o crónicas empezaran con un inflamación y falta de oxigeno en la sangre. Debemos reconocer ciertos síntomas de nuestro cuerpo que nos previene, nuestro cuerpo es tan inteligente que el puede sanar solo, pero es muy importante que sepan escucharlo sobre todo cuando existe retención de líquidos (hinchazón o edema), mareos, nauseas o vomito, dolor de cabeza, somnolencia (sueño o pesadez), dificultad para orinar, debilidad general.
En la educación alimentaria para estos pacientes, es importante el sustituto de sal, por sal vegetal o eliminarla por completo, eliminar embutidos, puerco, camarones, ostiones, almeja, polvos de consome, aderezos, catsup, alimentos enlatados, leche entera o descremada solo la vegetal, refrescos, jugos, gatorade, bebidas energetizantes o isotonicas, verduras congeladas, controlar frutas como naranja, platano, durazno, papaya, melón, kiwi, ciruelas, pan de panadería, tamales, frituras, tortillas de harina, pizzas, etc. llevar un control con profesionales para mejorar la calidad de vida de los pacientes y ayudar a la función de sus riñones sin necesidad de diálisis.
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