Hoy 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes. La diabetes no es una enfermedad fácil, no es suficiente con no comer dulces; es mucho más que eso, es una enfermedad que no da tregua ni descanso, que te mantiene en guardia las 24 horas del día y los 365 días del año, que te cambia la vida por completo, que te obliga a renunciar a muchas cosas, pero, sobre todo, te hace sentir distinto, especialmente cuando la diabetes afecta a los niños.
Muchos lo llaman una “vida normal”, ¿qué hace que una vida sea “normal”? Lo “normal” en la vida de una niña con diabetes es acostarse con un pinchazo, despertarse con otro, tener que beber dormida o levantarse a comer en muchas ocasiones cuando no tiene hambre, solo sueño, dejar de jugar o estudiar porque se siente baja y esperar a remontar para continuar su actividad, estar pendiente de que su bomba de insulina funcione a la perfección y no coja burbujas de aire, saber de nutrición y diabetes más que muchos médicos y madurar más deprisa de lo que lo hacen los demás.
Todos debiéramos comer como come el Diabéticos!
Pues esta es una vida, normal o no, una vida con diabetes, y erroneamente la gente cree que al ser diabetico nada puede comer, pero todos debiéramos comer como el diabetico, el estilo de vida que ello se ven obligados a seguir debiera ser el estilo de vida que todo debiéramos elegir seguir sin llegar al diagnostico de la patologia.
El 43.6% de los Diabéticos diagnosticados no siguen un control adecuado de la enfermedad.
Los pacientes diabéticos son “terriblemente reacios” a iniciar un tratamiento y muchas veces, los médicos de cabecera “demoran estas terapias” con consecuencias negativas para las personas que padecen la enfermedad, según ha explicado Dídac Mauricio, jefe de servicio de Endocrinología del hospital Arnau de Vilanova de Lleida y uno de los coordinadores del trabajo.
La falta de control en esta enfermedad, los investigadores destacan que hay otras conclusiones del informe como que el 20% de los pacientes presenta algún tipo de insuficiencia renal crónica, un 18% complicaciones cardiovasculares, un 11% cardiopatías isquémicas y un 5,8% retinopatía diabética.
Debemos acabar con los mitos de esta enfermedad, una alimentación equilibrada, ejercicio y tratamientos alternativos puede estabilizar todas las funciones del páncreas y las secuelas que acarrea la diabetes y debido a eso un persona diabética puede vivir años sin insulina.
1 de cada 5 personas desconocen que padece diabetes.