1. Nuggets de pollo, la dieta de una joven de 17 años, que ha sobrevivido los últimos 15 comiendo casi exclusivamente nuggets de pollo. Su nombre es Stacey Irvine, vive en Birmingham y ha saltado a la fama de dos días en Reino Unido tras sufrir un colapso multiorgánico e ingresar en un hospital anémica perdida y con las venas de la lengua a punto de reventar. El menú diario de Stacey incluía nuggets de McDonald’s (sus favoritos), de KFC o de supermercado, equilibrados con alguna tostada en el desayuno y ocasionales bolsas de patatas fritas. “Me gustaban tanto que era lo único que podía comer”, ha declarado la joven toxicómana a los diarios, para los que se ha fotografiado ingiriendo alegremente su droga.
2. 26,000 hamburguesas en 36 años de vida, Don Gorske, un estadounidense de 54 años, tiene la marca nada envidiable de haber engullido 23.000 hamburguesas en los últimos 36 años de vida. Gorske, natural de Fond du Lac, en el Estado de Wisconsin, asegura que en todo ese tiempo sólo ocho días dejó de comer su plato preferido: la Big Mac de McDonalds. Cualquiera puede pensar que esa dieta es poco saludable, pero Gorske asegura que se mantiene en forma, pero no asegura que quien intente imitarlo le vaya igual de bien.
Los trastornos alimenticios son condiciones complejas que emergen de la combinación de conductas presentes por largo tiempo, factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales.
Los científicos e investigadores aún se encuentran aprendiendo acerca de las causas de estas condiciones físicas y emocionales que hacen tanto daño. Sin embargo, sabemos algunas generalidades que contribuyen al desarrollo de los trastornos alimenticios.
Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que solamente comida. La gente con trastornos alimenticios utiliza la comida y el control de la comida como un intento para compensar los sentimientos y emociones que de otra manera son vistos como insoportables. Para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal, pero al final estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la sensación de competitividad y control de la persona.
Factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
- Baja autoestima
- Sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida
- Depresión, ansiedad, enojo y soledad
Factores interpersonales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
- Relaciones personales y familiares problemáticas
- Dificultad para expresar sentimientos y emociones
- Haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso
- Historia de abuso físico o sexual
Factores sociales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
- Presiones culturales que glorifican la “delgadez” y le dan un valor a obtener un “cuerpo perfecto”
- Definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras
- Normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas
Factores biológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:
Los científicos todavía se encuentran investigando las posibles causas bioquímicas o biológicas de los trastornos alimenticios. En algunos individuos con trastornos alimenticios, se ha encontrado que ciertas substancias químicas del cerebro (llamadas neurotransmisores) que controlan el hambre, el apetito y la digestión se encuentran desbalanceados. El significado exacto y las implicaciones de estos desbalances aún se encuentran en investigación.
Los trastornos de la conducta alimenticios usualmente se presentan en familias. Los estudios actuales nos indican que la genética contribuye de manera significativa en los trastornos alimenticios.
Los trastornos alimenticios son condiciones complejas que surgen de una variedad de causas probables. Sin embargo, una vez que comienzan, pueden crear ciclos de destrucción física y emocional que se perpetúan a sí mismos. La ayuda profesional es recomendada en el tratamiento de los alimenticio.