Una Alimentación adecuada ayuda a tolerar los duros tratamientos y mejorar la calidad de vida de las personas enfermas.
Como expertos damos más importancia a la alimentación que al tratamiento, primero como herramienta de prevención contra el cáncer, y cuando este ha dado la cara, como aliado fundamental en su tratamiento.
Un riesgo con estos pacientes es que no tienen apetito, pierden peso y mantienen un alto contenido de estrés. Hay que seguir una dieta mediterránea, saludable y equilibrada, hacer cinco comidas al día de menos cantidad cada una, y practicar ejercicio moderado siempre que pueda”.
La quimioterapia provoca náuseas y cambia el sabor de los alimentos.
Uno de cada tres hombres y una de cada cuatro mujeres tendrán un tumor a lo largo de su vida, según datos epidemiológicos recogidos por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Casi un 50% de hombres y un 59% de mujeres, que pueden ser modificados debido a los habitos alimenticios. Existen cirugías, radioterapia, quimioterapia, remedios muy agresivos que es fundamental afrontar fuertes y altos de defensas, y seria mucho mejor enfocarse en las frutas y verduras, que suman fibra; vitaminas y minerales; proteínas, que permiten al organismo recuperarse más fácilmente y luchar contra las infecciones; carbohidratos como fuente de energía.
Los cócteles químicos que combaten la enfermedad provocan gastritis, náuseas, vomito, dolor de cabeza, úlceras, y cambian el sabor y el olor de los alimentos, entre otros. Es frecuente que quienes los reciben se quejen de que todo les sabe amargo, o a metálico, en particular el pescado y la carne.
Existen tips básicos para empezar hacer cambios alimenticios que van ayudar a su padecimiento:
- Cocinar platos que entren por los ojos, preferiblemente preparados por otros, probar nuevos sabores y texturas, ya que el gusto puede variar de un día para otro.
- Sustituir la carne roja por pollo, pescado y legumbres (menos intensos al paladar).
- El alimento más importante es el de las mañanas.
- Servir los alimentos templados o fríos (así desprenden menos olor), sin aromas ni especias ni condimentos amargos como el vinagre o el limón; usar cubiertos de plástico y enjuagues con manzanilla o bicarbonato antes de sentarse a la mesa.
- No brincar ninguna comida.
- Estar abiertos a la fitoterapia y jugoterapia como complemento de la nutrición.
- Abandonar el consumo elevado de azúcares.
- Evitar los alimentos fritos o quemados.
- Recurrir a nutriologos capacitados para elaboración de menús terapéuticos individualizado para el cálculo dietetico de cada tipo de persona debido al tipo de cáncer.
“Del 1 al 10, diría que la nutrición es un 15 para la recuperación y la calidad de vida de un enfermo oncológico”, La alimentación no cambia el ADN, pero sí sus reguladores.
Se ha podido medir al nivel del núcleo celular. El núcleo se encuentra dentro de la célula y dentro del núcleo se encuentran nuestro cromosomas, que son los paquetes que contienen nuestros genes. En cada división celular se reducen, por lo que el daño se acerca a la información básica de la vida. Y mantenerlos se ha visto que es una manera de asegurar la supervivencia o una mejor calidad de vida.
En un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco, siguió a una serie de hombres con cáncer de próstata, y, aprovechando sus controles, se midieron los telómeros (las cubiertas plásticas protectoras de una agujeta y desempeñan un importante papel en la división celular). Los que cambiaron a una vida más sana los prolongaron el 10%; los que no hicieron cambios en sus vidas, los redujeron un 3%.
El resultado de nuestra salud, es la elección nutricional que hacemos, es importante el aporte de nutrientes con el equilibrio adecuado y con la potencia. Los científicos mencionan que el cambio en las células expresa su código genético que es la consecuencia en el envejecimiento celular, pero no se trata que entre mas viejos somos mas enfermedades padecemos, sino que entre mas viejos somos, mas sanos hemos sido, envejecer y enfermarse son cosas distintas.