- Los estudios clínicos son estudios de investigación con personas y examinan nuevas formas de prevenir, detectar, diagnosticar o tratar el cáncer y otras enfermedades.
- Cada estudio clínico tiene un protocolo que describe lo que se hará en el estudio, cómo se realizará y por qué es necesaria cada parte del estudio.
- Las normas y políticas nacionales e internacionales fueron creadas para proteger los derechos, la seguridad y el bienestar de las personas que participan en los estudios clínicos y para asegurar que los estudios clínicos se realizan según principios éticos y científicos estrictos.
- El consentimiento formal es un proceso en el cual las personas se enteran de los hechos importantes acerca de un estudio clínico para ayudarles a decidir si toman parte en él o no, o para continuar en el estudio.
- Muchos estados requieren que las compañías de seguro médico cubran el costo del cuidado médico rutinario de las personas que participan en un estudio clínico. En otros estados, acuerdos voluntarios entre los estados y las compañías de seguro médico incluyen dicha disposición. Sin embargo, la cubertura varía según el estado, según el plan de seguro médico y según el tipo de estudio clínico.
¿Qué son los estudios clínicos y por qué son importantes?
Los estudios clínicos son estudios de investigación con personas. Estos estudios investigan nuevas formas de prevenir, detectar, diagnosticar o tratar enfermedades. Las personas que participan en los estudios clínicos de cáncer tienen la oportunidad de contribuir a los conocimientos que tienen los científicos acerca del cáncer y a ayudar a crear mejores tratamientos para esta enfermedad. Además, los pacientes reciben también atención médica más avanzada de expertos en cáncer.
¿Hay tipos distintos de estudios clínicos de cáncer?
Sí. Los estudios clínicos de cáncer varían según su objetivo principal. Los tipos de estudios clínicos son:
- De tratamiento. Estos estudios clínicos evalúan la efectividad de tratamientos nuevos o de formas nuevas de usar los tratamientos existentes en personas con cáncer. Los tratamientos en investigación pueden ser nuevos fármacos o nuevas combinaciones de fármacos utilizados actualmente; nuevas técnicas quirúrgicas o de radioterapia y vacunas u otros tratamientos que estimulan el sistema inmunitario del paciente para combatir el cáncer. Las combinaciones de tipos diferentes de tratamiento pueden también ser evaluadas en estos estudios.
- De prevención. Estos estudios clínicos evalúan nuevas intervenciones que pueden reducir el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. La mayor parte de los estudios de prevención se realizan con personas sanas que no han tenido cáncer; sin embargo, suelen incluir solo a personas que tienen un riesgo más alto del promedio de padecer un tipo específico de cáncer. Algunos estudios de prevención de cáncer se llevan a cabo con personas que ya han tenido cáncer; estos estudios investigan las intervenciones que pueden ayudar a prevenir una recidiva del cáncer original (que aparezca de nuevo), o reducir la probabilidad de padecer un nuevo tipo de cáncer.
- De exámenes selectivos de detección. Estos estudios clínicos investigan nuevas formas de detectar el cáncer temprano. Cuando se encuentra el cáncer temprano, puede ser más fácil tratarlo y puede haber una mejor probabilidad de sobrevivirlo a largo plazo. Los estudios de exámenes selectivos de detección suelen realizarse en personas que no tienen signos ni síntomas de cáncer. Sin embargo, con frecuencia se limita la participación a personas que tienen un riesgo más alto del promedio de padecer un cierto tipo de cáncer debido a que tienen antecedentes familiares de ese tipo de cáncer o porque han estado expuestas a sustancias carcinogénicas (como el humo de tabaco).
- De diagnóstico. Estos estudios clínicos investigan nuevas pruebas o procedimientos que podrían ayudar a identificar o a diagnosticar el cáncer con mayor exactitud. Los estudios de diagnóstico incluyen ordinariamente a personas que tienen signos o síntomas de cáncer.
- De calidad de vida o de cuidados médicos de apoyo. Estos estudios clínicos se enfocan en la comodidad y en la calidad de vida de los pacientes con cáncer y de supervivientes de cáncer. Muchas veces, se investigan nuevas formas de reducir el número de los efectos secundarios resultantes del cáncer o de su tratamiento, o de atenuar su gravedad. Es posible que se estudie cómo un tipo específico de cáncer o su tratamiento afecta la vida cotidiana de una persona.
¿Quién patrocina los estudios clínicos?
Las dependencias gubernamentales, como el Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute, NCI) y otros componentes de los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, NIH), el Departamento de Defensa y el Departamento de Asuntos de Veteranos, patrocinan y llevan a cabo estudios clínicos. Además, organizaciones o personas individuales, tales como médicos, centros médicos académicos, fundaciones, grupos de voluntarios y compañías farmacéuticas y biotecnológicas, también patrocinan estudios clínicos de cáncer.
¿Dónde se realizan los estudios clínicos?
Los estudios clínicos se realizan en las ciudades y en los pueblos de Estados Unidos y en otros países. Se realizan en los consultorios del médico, en los centros oncológicos y en otros centros médicos, en clínicas y hospitales urbanos, y en hospitales militares y de veteranos. Un estudio único puede realizarse en solo uno o dos centros médicos especializados, o puede llevarse a cabo en cientos de oficinas, hospitales y centros.
¿Quién administra los estudios clínicos?
Cada estudio clínico se administra por un equipo de investigación que incluye a médicos, enfermeras, auxiliares de investigación, analistas de datos y otros especialistas. El equipo de investigación trabaja estrechamente con otros profesionales sanitarios, como médicos y enfermeras, técnicos de laboratorio, farmacéuticos, dietistas y trabajadores sociales para proporcionar cuidados médicos y de apoyo a las personas que participan en un estudio clínico.
El equipo de investigación vigila de cerca la salud de las personas que participan en el estudio clínico y provee instrucciones específicas cuando es necesario. Para asegurar la exactitud de los resultados del estudio, es importante que los participantes sigan las instrucciones del equipo de investigación. Las instrucciones pueden incluir que se mantenga un diario o se contesten cuestionarios. El equipo de investigación puede también ponerse en contacto con los participantes en forma regular después de que finalice el estudio para poner al día la información de su salud.
¿Cuáles son los criterios de elegibilidad y por qué son importantes?
Cada estudio clínico tiene un protocolo, o plan de acción, que describe lo que se hará en el estudio, cómo se realizará el mismo, y por qué es necesaria cada parte del estudio. El protocolo incluye también directrices sobre quienes pueden, o no, participar en el estudio. Estas directrices, llamadas también criterios de elegibilidad, describen las características que deben tener todas las personas interesadas antes de que puedan participar en el estudio. Los criterios de elegibilidad pueden ser la edad, el sexo, antecedentes médicos y el estado presente de salud del paciente. Los criterios de elegibilidad para los estudios de tratamiento de cáncer incluyen con frecuencia el tipo y estadio del cáncer, así como la clase o clases de tratamiento del cáncer que ya hayan recibido.
Al reclutar a participantes con características similares, se asegura que los resultados del estudio se deberán a lo que se está investigando y no a otros factores. De esta forma, los criterios de elegibilidad ayudan a los investigadores a lograr los resultados más precisos y significativos posibles.
¿Cómo se protege la seguridad de los participantes?
Se han establecido normas y políticas nacionales e internacionales para asegurar que las investigaciones que se realizan con personas se llevan a cabo de acuerdo a principios científicos y éticos estrictos. En estas normas y políticas, los participantes en las investigaciones son llamados, por lo general, “sujetos humanos”.
Los estudios clínicos que se realizan o financian por dependencias del gobierno federal de los Estados Unidos o que evalúan un fármaco nuevo o dispositivos médicos sujetos a las regulaciones de la Food and Drug Administration necesitan ser revisados y aprobados por un Consejo Institucional de Revisión (Institutional Review Board,IRB). El IRB revisa todos los aspectos de un estudio clínico para asegurar que se protegen los derechos, la seguridad y el bienestar de los participantes. El IRB debe revisar los estudios clínicos en curso al menos cada año y, basándose en esas revisiones, decidir si el estudio debe continuar como se había planeado al principio o si se deben hacer cambios para mejor proteger a los participantes. El IRB puede poner fin a un estudio clínico si los investigadores no están siguiendo el protocolo o si el estudio parece estar perjudicando a los participantes del estudio en forma inesperada.
¿Qué es el consentimiento formal?
El consentimiento formal es un proceso por el cual las personas: 1) se enteran de los hechos importantes de un estudio clínico para que les ayude a decidir si quieren participar, y 2) siguen aprendiendo nueva información sobre el estudio para que les ayude a decidir si quieren seguir participando en él o no.
En la primera parte del proceso de consentimiento formal, las personas reciben información detallada acerca de un estudio, incluso información acerca del objetivo del estudio, de las pruebas y de otros procedimientos que se necesitarán, y los riesgos y beneficios posibles de participar en él. Además de hablar con un médico o con una enfermera, los posibles participantes del estudio reciben un formulario, llamado formulario de consentimiento formal, el cual proporciona información por escrito acerca del estudio. Se pide que firmen el formulario a quienes deciden participar en el estudio. Sin embargo, el hecho de firmar el formulario no quiere decir que la persona tiene que permanecer en el estudio. Quienquiera puede elegir dejar de participar en un estudio en cualquier momento; ya sea antes de que empiece el estudio, en cualquier momento durante el estudio o en el periodo de seguimiento. Es importante que las personas que deciden dejar de participar en un estudio reciban información del equipo de investigación sobre cómo suspender el estudio con toda seguridad.
El proceso de consentimiento formal continúa durante todo un estudio. Si, durante un estudio, se descubren nuevos beneficios, riesgos o efectos secundarios, los investigadores deben informar a los participantes para que decidan si quieren seguir participando o no en el estudio. Algunas veces, es posible que se pida firmar nuevos formularios de consentimiento formal a quienes quieran continuar en el estudio.
¿Qué significa la “fase” de un estudio?
Nuevas intervenciones se estudian con frecuencia en forma escalonada. Cada paso representa una “fase” distinta en el proceso de investigación clínica. Las siguientes fases se usan para los estudios de tratamiento de cáncer:
- Fase 0. Los estudios en esta fase representan el primer paso para evaluar nuevos tratamientos en seres humanos. En un estudio en fase 0, una dosis muy pequeña de la sustancia química o biológica se administra a un número pequeño de personas (aproximadamente 10–15) para reunir información preliminar sobre cómo procesa el cuerpo la sustancia (farmacocinética) y cómo afecta la sustancia al cuerpo (farmacodinámica). Ya que las sustancias se administran en tan pequeñas dosis, no se obtiene información sobre su seguridad o eficacia en tratar el cáncer. Los estudios en fase 0 también se llaman estudios de microdosificación, estudios exploradores de fármacos nuevos en investigación (Investigational New Drug, IND) o estudios en fase I inicial. Las personas que participan en estos estudios generalmente tienen una enfermedad avanzada y no hay opciones conocidas, efectivas, de tratamiento para ellas.
- Fase I. Los estudios en esta fase se llevan a cabo principalmente para evaluar la seguridad de una sustancia química o biológica u otros tipos de intervenciones (p. ej., una nueva técnica de radioterapia). Estos estudios ayudan a determinar la dosis máxima que puede administrarse sin peligro (llamada también máxima dosis tolerada) y si una intervención causa efectos secundarios perjudiciales. Los estudios en fase I reclutan un número pequeño de participantes (20 o más) que tienen un cáncer avanzado que no puede tratarse efectivamente con tratamientos convencionales (acostumbrados), o para el cual cáncer no hay un tratamiento convencional. Aunque la evaluación de la efectividad de las intervenciones no es el objetivo principal de estos estudios, los médicos buscan pruebas que determinen que las intervenciones pueden ser útiles como tratamientos.
- Fase II. Estos estudios clínicos prueban la efectividad de las intervenciones en personas que tienen un tipo específico de cáncer o cánceres relacionados. Además, siguen evaluando la seguridad de las intervenciones. Los estudios en fase II suelen reclutar menos de 100 participantes, pero pueden incluir hasta 300. Los individuos que participan en los estudios en fase II pueden haber recibido o no una terapia convencional para su tipo de cáncer en el pasado. Si la persona ha recibido tratamiento previamente, su elegibilidad para participar en un estudio específico puede depender del tipo y cantidad de tratamiento que recibieron. Aunque los estudios en fase II pueden indicar si la intervención funciona o no, casi nunca se diseñan para mostrar si una intervención es mejor que la terapia convencional.
- Fase III. Estos estudios clínicos comparan la efectividad de una nueva intervención, o un nuevo uso de una intervención existente, con la norma corriente de atención (tratamiento acostumbrado) para un tipo específico de cáncer. Los estudios en fase III comparan también los efectos secundarios de la nueva intervención con los efectos secundarios del tratamiento convencional. Si la nueva intervención es más efectiva que el tratamiento convencional o es más fácil de tolerar, puede convertirse en la nueva norma de atención.
Los estudios en fase III suelen realizarse con grandes grupos de personas (de 100 a varios miles) que son asignadas al azar a uno de los dos grupos de tratamiento: 1) grupo de control, en el cual todos reciben el tratamiento convencional para su tipo de cáncer, o 2) grupo de investigación o de experimentación, en el cual todos reciben la intervención nueva o el nuevo uso de una intervención existente. Los participantes del estudio son asignados a distintos grupos al azar, o sea en una distribución aleatorizada. Esto asegura que los grupos tienen características similares. Este balance es necesario para que los investigadores tengan confianza de que cualquier diferencia que ellos observan en la forma como los grupos reaccionan a los tratamientos que reciben se debe al tratamiento mismo y no a otras diferencias entre los grupos.
La distribución aleatorizada casi siempre se hace por medio de un programa de computadora para asegurar que las decisiones humanas no influyen en la asignación a los grupos. Los participantes en el estudio no pueden pedir estar en un grupo determinado y los investigadores no pueden influenciar cómo son asignadas las personas a los grupos. Casi siempre, ni los participantes ni sus médicos saben qué tratamiento está recibiendo el participante.
Las personas que participan en los estudios en fase III pueden haber recibido tratamiento anteriormente o no. Si han recibido tratamiento anteriormente, su elegibilidad para participar en un estudio específico puede depender del tipo y de la cantidad de tratamiento que recibieron.
En la mayoría de los casos, una intervención pasará a pruebas en fase III solo después de haber mostrado ser prometedora en estudios de fase I y II.
- Fase IV. Estos estudios evalúan aún más la efectividad y la inocuidad a largo plazo de fármacos o de otras intervenciones. Por lo general, se realizan después de que el fármaco o la intervención han sido aprobados por la FDA para uso normal. Varios cientos o miles de personas pueden participar en un estudio en fase IV. Estos estudios se conocen también como estudios de vigilancia en etapa de pos-comercialización. Generalmente, las compañías farmacéuticas patrocinan estos estudios.
A veces las fases de los estudios clínicos pueden combinarse (por ejemplo, estudios en fase I/II o fase II/III) para minimizar los riesgos a los participantes o para permitir una formulación más rápida de una nueva intervención.
Aunque siempre se asigna una fase a los estudios de tratamiento, es posible que otros estudios clínicos (como los de exámenes selectivos de detección, los de prevención, de diagnóstico y de calidad de vida) no se definan de esta forma.